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¿QUÉ ESTÁ PASANDO EN EL MUNDO? ¿DÓNDE NOS QUIEREN LLEVAR ESTOS INSENSATOS?


Como científico, hace años que llegué a la conclusión racional de la existencia de un único Dios. Porque, que nadie se engañen, sin Dios nada de este mundo puede ser explicado. Y cuando digo “Dios”, me refiero al de las principales religiones (judaísmo, cristianismo e islam). La idea de un Dios único fue originalmente transmitida por el judaísmo, por Abraham, Moisés, etc. hace cerca de 3000 años, en un estado aún bastante primitivo del pensamiento humana en lo que a ciencia y filosofía se refiere. Por tanto, no es necesario tener grandes conocimientos para aceptar la existencia de Dios. Sin embargo, la mente del hombre del siglo XXI necesita cargarse de argumentos racionales que sean compatibles con sus conocimientos de la Naturaleza, los cuales son diferentes de los de la Antigüedad. Desafortunadamente, el hombre de hoy en día se ha alejado de Dios, más que nunca antes, y probablemente, una de las razones sea la falta de adecuación entre la religión y la ciencia. Orgullecido por sus gigantescos logros científicos y tecnológicos, el Hombre moderno mira con desdén al Hombre   de los tiempos pretéritos, mucho más ignorante en cuanto a cuestiones científicas. Como consecuencia de esto, superado el pensamiento mágico antiguo, muchos piensan que automáticamente todas las creencias de la antigüedad deben ser abolidas, especialmente las religiosas.  Y esta ha sido precisamente la idea que me llevó a iniciar este blog.

Por otra parte, la creencia en la Divinidad, que es un fenómeno generalizado en todos los hombres y en todas las épocas de la humanidad, y que está enraizado en el pensamiento humano desde sus albores, lleva a la adopción de una u otra religión específica. Y es aquí donde entra en juego la fe, así como la cultura. Diversas civilizaciones y diversas culturas proponen una variedad de religiones que rinden culto a una o varias divinidades. De hecho, la religión es uno de los aspectos que más influyen en la concreción de una civilización. Así, los enfrentamientos o choques entre civilizaciones son también choques entre religiones.

En la actualidad, hay muchos que piensan que las religiones son causas de guerras y que, por tanto, las religiones son perjudiciales. Así, la New Age (Nueva Era), busca superar a las religiones tradicionales y sustituirlas por una especie espiritualidad universal. Y son pocos los que de una más o menos manifiesta o soslayada se están adhiriendo a la New Age.

Mi opinión es que los movimientos de renovación religiosa que se mueven en la New Age implican, en el mejor de los casos, una espiritualidad hueca, sin contenido; en la práctica son ateísmo acompañado de meditación psicológica. En el peor de los casos son paganismo que nos retrotrae a tiempos anteriores al pensamiento monoteísta. Nada de “new”, y mucho de superstición. En vez de lograr avanzar en consonancia con los nuevos tiempos, como reivindican, retroceden, y no sólo retroceden a épocas anteriores a la Revolución Científica, sino que retroceden a ideas que preceden evolutivamente a las manifestadas en el libro del Génesis. Y es por esto que muchas exploran el chamanismo, las religiones paganas, la magia, etc. Quieren sustituir a Dios por la serpiente.  

Hemos recorrido  tres milenios de historia para volver al pecado de siempre. Dios se rebela al Hombre, pero el orgulloso Hombre cree que no necesita a Dios, sino que se basta por sí mismo, por lo que termina siendo engañado por la serpiente. Y es en esto en lo que están actualmente: en retroceder tres milenos, en la apostasía, en la herejía, en no mantener ni tan siquiera en lo que están de acuerdo las tres religiones y en fomentar las prácticas más aberrantes y asquerosas.  Muchos están en el borde, justo a punto de caer en el abismo, y otros ya han caído en el abismo del cual nunca se sale. Es en este juego peligroso donde están ahora mismo los que buscan los aplausos de la Asamblea de las Naciones Unidas, y los que adoran a falsos ídolos amazónicos. Estamos viviendo tiempos históricos únicos, muy peligrosos, que no sabemos cómo van atranscurrir. Que Dios nos ayude.

El que tenga oídos, que oiga.