Seguidores

EL DETERMINISMO, EL AZAR Y EL FACTOR DIVINO EN LA EPIDEMIOLOGÍA DEL CORONA VIRUS


Muchos nos preguntamos si podemos predecir científicamente cómo se va a desarrollar la pandemia del coronavirus-19, cuál será la mortalidad, o por qué los números de afectados y de víctimas cambian a diferentes velocidades en distintos países. Estas preguntas se pueden abordar desde las matemáticas, y esto puede ayudar a tomar decisiones para controlar la enfermedad contagiosa.

Las matemáticas son de gran importancia para la epidemiología. Para modelizar matemáticamente la expansión de una epidemia hay dos tipos de enfoques que dan lugar a múltiples modelos epidemiológicos.

 

(1)   Enfoques deterministas. Usan sistemas de ecuaciones diferenciales, no muy complicadas. En un modelo determinista las mismas entradas producirán invariablemente las mismas salidas, no contemplándose la existencia del azar ni el principio de incertidumbre.

(2)   Enfoques estocásticos. Usan modelos matemáticos que tienen en cuenta variables aleatorios, y son muy complejos. En los modelos estocásticos el “azar” interviene, de modo que una misma entrada puede producir diversas salidas de manera impredecible y por lo tanto los resultados posibles se generarán con una función de probabilidad. Aquí se usan, por ejemplo, las llamadas cadenas de Markov.

Para el mejor provecho de estos modelos es necesario conocer el mayor número posible de parámetros que aparecen en las ecuaciones. Por ejemplo, el número esperado de casos nuevos que produce una persona infectada durante su período de contagio. Otro factor es el tiempo medio en que un individuo infectado se recupera. Otro factor que influye son las condiciones ambientales, incluyendo factores demográficos, socioeconómicos y climáticos. Son muchos los factores que los biomatemáticos tienen que tener en cuenta.

En los modelos deterministas, la epidemia puede desaparecer por completo, o persistir sin desaparecer del todo. Y estos modelos parece que son más adecuados para poblaciones grandes. En los modelos indeterministas, a largo plazo la enfermedad contagiosa se extingue, en un tiempo medio finito, sean cuales sean los valores de los parámetros usados. Los modelos determinísticos ignoran aspectos que son muy relevantes en la evolución de la difusión de un virus en un población. El ajuste fino de los datos con los modelos deterministas no suele ser muy bueno.

Por otra parte, aunque la epidemia finalice, no podemos predecir nunca exactamente su duración. Según las medidas sanitarias y políticas que se adopten, la tasa de contagio y otros parámetros tomarán diferentes valores, y el número de infectados en función del tiempo cambiará. Esta sería una razón para detectar la epidemia lo antes posible.

Dependiendo de la velocidad a la que se propague la epidemia, los afectados irán acudiendo a los servicios sanitarios de forma más o menos rápida, siendo esto determinante para que el sistema sanitario pueda o no ser capaz de atenderlos debidamente. En el caso de la epidemia de coronavirus-19, los investigadores aún no conocen muchos de los parámetros necesarios para modelizar matemáticamente la evolución de la enfermedad.

En España la gestión es bastante discutible ahora, y nefasta al inicio de la epidemia. Se dan datos muy básicos a los medios en comparación con otros países, sin distinguir la edad de los infectados y con una publicación a veces desfasada y con diferencias entre comunidades, y los medios de comunicación de masas callan servilmente. Va a ser muy difícil predecir una curva epidemiológica acertada. La situación en España no parece que vaya a ser muy buena en las próximas semanas. Sanidad está indicando a los médicos y enfermeros cómo trabajar sin mascarillas, dada la falta de material. Ahora se están dando cuenta de que la curva epidemiológica española va siendo un desastre en comparación con la alemana.  Los políticos parecen más preocupados por gestionar las cifras macroeconómicas. Históricamente el pueblo español es impredecible, capaz de lo peor y de lo mejor, y no sabemos cómo puede acabar reaccionándola gente a esta epidemia.

La actuación de los seres humanos puede influir notablemente en la curva epidemiológica, pero por muchos datos que se tengan y se intenten hacer bien las cosas (algo que es cuestionable que se haya hecho en España al comienzo de la epidemia) siempre queda algo de incertidumbre sometido al “azar”. En ese “azar” podría estar la mano de Dios actuando sin que ni tan siquiera nos demos cuenta. Que Él nos ayude.

 

BIBLIOGRAFÍA

-          Estudio en tiempo discreto de la expansión de una epidemia. Trabajo final de máster. María Gamboa Pérez.

-          Un modelo estocástico S-I para la difusión de enfermedades contagiosas. II Encuentro Internacional de Matemáticas, Estadística y Educación Matemática 2013. Julián Mauricio Fajardo Patiño.


CONSEJOS PARA EL CONFINAMIENTO EN CASA POR PANDEMIA DE CORONAVIRUS


(1)    COMPRAS.

-          Prepárate una cierta despensa, pero sin pasarte. No se sabe qué puede pasar, pero no hay que volverse loco. Sé previsor. Deja algo para los demás.

-          Haz una lista de la compra pensando en tus necesidades y las de tu familia, pero no te olvides de que puedes ayudar a otros.

-          Compra en los supermercados y tiendas que tengas más cerca. Evita los aparcamientos subterráneos, los ascensores y las aglomeraciones. 

-          Minimiza el tiempo que pases comprando. Memoriza la lista de lo que necesitas comprar, pero adáptate con rapidez.

-          Los alimentos y productos pueden estar contaminados, por ejemplo durante la manipulación por los trabajadores y clientes, ponte guantes. Mejor alimentos envasados.

-          Usa mascarilla y guantes durante toda la compra. Evita contactos innecesarios. Procura usar tus propias bolsas y carrito. Si tienes tu propio carrito de compras, tienes un tesoro.

(2)    ALIMENTACIÓN.

-          Sigue una dieta variada y lo más sana posible como es recomendable habitualmente, teniendo en cuenta tu salud, pero intenta adaptarla a la nueva situación.

-          Si vas a quemar menos calorías, ingiere menos calorías, y más alimentos que refuercen tus defensas.

-          Refuerza tu dieta con vitaminas y alimentos probióticos. Mantente bien hidratado. No olvides cítricos. Bifidus activo, actimel y ajo no están de más.

-          Es tiempo de infusiones calentitas, mejor aún con un buen chorro de limón. No es el mejor momento para las cervezas frías.

-          Procura consumir alimentos cocinados. Al virus no le gusta el calor. Tuesta el pan. Evita en lo posible alimentos crudos. Lava muy bien la fruta, y cómela pelada.

(3)    EJERCICIO FÍSICO.

-          Evita el sedentarismo y el sobrepeso. El ejercicio activa las defensas de tu organismo.

-          Aparatos de gimnasia y pesas pueden servir.

-          Puedes usar balcón, patio y azotea.

(4)    INFORMACIÓN.

-          Procura mantenerte informado de lo que pasa a tu alrededor. Los canales de televisión no son suficientes. Tienes que usar internet y redes sociales, pero ten cuidado con los bulos.

-          Sé crítico con la información que recibes. Tanto los individuos como el Estado pueden mentir en su propio beneficio.

-          Comparte la información con tus allegados.

(5)    COMUNIDAD SOLIDARIA.

-          No te conviertas en lobo solitario ni seas egoísta. Contacta con otros. Las telecomunicaciones son muy útiles. Usa también videollamadas.

-          Puedes ser de gran ayuda a otras personas. Amplia tu solidaridad todo lo que puedas.

-          Ten paciencia con los demás. Cuando la situación sea tensa, quítale hierro al asunto, usa el humor, o vete a una habitación en soledad.

(6)    MENTE.

-          Prepárate para lo peor, pero vive lo mejor que puedas. No bajes la guardia, usa tu inteligencia. Piensa en el lado positivo de esta situación.

-           Piensa en hacer las cosas lo mejor que puedas, pero acepta que todo no depende de ti y hay muchas cosas que no controlas. No te agobies. Relájate.

-          Busca alguna distracción. Puede ser el momento de retomar algo que tenías pendiente de aprender o hacer.

(7)    ESPÍRITU.

-          Además de cuerpo, tienes un espíritu inmortal que no debes descuidar. Reza varias veces al día, sólo y en compañía. Lee la biblia. Sigue las misas por televisión. Si tienes confianza con algún cura con lo que puedas contactar, aprovecha su consejo espiritual.

(8)    TRABAJO Y ECONOMÍA.

-  Si tienes obligaciones laborales, cumple con ellas hasta donde puedas, es tu deber. Si se da el caso, tendrás que decidir hasta dónde estás dispuesto a arriesgarte.

- Piensa que este no es el mejor momento para ser avaricioso. Hay muchos que en los momentos de crisis han realizado grandes negocios, pero para ello tienes que tener pocos escrúpulos y ser capaz de venderte al diablo.

- Guarda algo de dinero en efectivo, y paga siempre que puedas con tarjeta.

(9) SEGURIDAD PERSONAL.

- Si la situación empeora mucho, puede haber revueltas, disturbios, robos y saqueos. Eso ya ha pasado antes muchas veces. Si eres una persona pacífica, prepárate para no bloquearte.

- No te metas en líos. Huye de las revueltas y peleas.

- Puede que tengas que decidir ser lobo o cordero. Si llega el caso, procura no lastimar a nadie, pero recuerda que la defensa es legítima y moralmente aceptable.

- La defensa en grupo o comunidad puede ser mejor que en solitario.

- En una situación normal, los cuerpos de seguridad del estado son tus amigos, pero en caso de revoluciones, golpes de estado y revueltas, puede que se vuelvan tus peores enemigos.

NADA VOLVERÁ A SER COMO ANTES DE ESTA PANDEMIA


Demasiado tiempo ha transcurrido creyéndose los hombres que se bastan por sí mismos Hay demasiado alejamiento de Dios. Demasiado tecnooptimismo infundado. Demasiada superficialidad. Demasiada apostasía. Demasiada avaricia. Demasiado consumismo. Demasiada agresividad. Demasiada soberbia. Demasiada ansia de crecimiento material. Demasiada indolencia. Demasiada hipocresía. Demasiada maldad encubierta. Demasiado vicio descarado. Demasiada persecución indisimulada. Demasiada blasfemia a gritos. Demasiada pereza. Demasiadas gilipolleces por doquier. Demasiada apología de la vulgaridad. Demasiada impunidad. Demasiados príncipes de este mundo saliéndose con la suya. Demasiado derroche. Demasiada lascivia publicitada. Demasiadas mentiras y engaños. Demasiada falta de justicia. Demasiada falta de escrúpulos. Demasiada negación de la verdad. Demasiado amor propio. Demasiado paganismo. Demasiada manipulación. Demasiada vanidad. Demasiado vacío interno. Demasiada negrura. Demasiado de todo lo malo como para que Dios no interviniese ya con fuerza. Y no serán pocos los que lo van a sentir. La copa se llenó y ya rebosa. No sabemos cómo va a terminar esta pandemia, pero algo está claro: nada será igual como antes...gracias a Dios.