Recientemente
he leído el libro “sobre la divinidad”
de Aldous Huxley, el mismo escritor del famosísimo libro de ciencia ficción “un mundo feliz”. En “sobre
la divinidad” se recopilan diversos ensayos publicados inicialmente de
forma independiente unos de otros, pero con un punto en común: el fenómeno
religioso. Parece que en su juventud el escritor llevó una vida bastante
hedonista y que despreciaba la religión, pero más adelante cambió radicalmente.
Huxley, de formación inicialmente cristiana, durante su madurez estuvo
realmente interesado en las religiones, especialmente las asiáticas. Al leer
“sobre la divinidad, se puede apreciar que estamos ante un escritor de mente
privilegiada, que escribe muy bien y tiene una formación intelectual exquisita.
Todo lo que escribe en el libro es muy interesante. Es uno de esos autores a
los que a uno le gustaría que resucitara para poder saber lo que opinan del
mundo actual.
Veamos el
pensamiento de Huxley. Para Huxley hay algo en común en el fondo de todas las
principales religiones: los místicos y
su desapego de este mundo. Los
mitos, rituales y palabras que emplean las iglesias son falsedades y
manipulaciones que alejan de la verdadera espiritualidad. La verdadera práctica
religiosa sería la de los místicos, que consiguen negar su propio yo y alcanzar
la iluminación y la verdad, y estaría al alcance de una diminuta proporción de
la población. En el libro menciona muy frecuentemente a Jesucristo y a San Juan
de la Cruz, pero reniega de la Iglesia. Para este escritor todas las teologías
oficiales de todas las religiones son “manipuladoras”.
Desde mi punto
de vista, Huxely desprecia a toda forma de religiosidad que no sea el ascetismo
y el misticismo de ciertos individuos excepcionales; lo cual a mí me parece
algo horrible. Por otra parte, Huxley no tiene en cuenta que sin la Iglesia,
¿cómo podría transmitirse el saber que diera lugar a los místicos cristianos
que él nombra?
Otro problema
que tiene el pensamiento defendido en la obra de Huxley es el siguiente. El
misticismo del que él habla (y él lo sabe perfectamente) se logra mediante
entrenamiento psíquico y físico, que llevaría finalmente a eliminar al propio yo de la mente y a la
relajación perfecta que transforma al individuo (la iluminación). Por tanto,
Huxley parece no dar validez a la oración en tanto en cuanto uno puede dirigirse
a Dios de forma personal. Aunque no lo
dice directamente, yo entiendo que si Huxley no escribe acerca de la oración como
forma de dirigirse a Dios es porque no lo da por válida; aunque también pudiera
ser que simplemente confunda la meditación con la oración. Me extraña que una
persona de tal talla intelectual pueda confundir
la oración con la meditación, así que tengo que pensar que él piensa que la
oración no es posible, al contrario de lo que dicen los místicos cristianos a
los que él admira, lo que no sabemos es en qué se basa Huxley para negar la
validez de la oración. Para poder alcanzar el estado místico o iluminación
mediante la meditación, uno debe llevar una vida un tanto peculiar, apartándose
de la vida de la mayor parte de las personas con sus trabajos y cargas
familiares. Así, que la espiritualidad de la que habla Huxely es sólo para una
escasísima minoría de personas que aparecen de vez en cuando en la Historia; y
toda la religiosidad que puedan tener las personas comunes no sirve para nada. En
mi opinión, esto es un despropósito; yo no creo que sólo la élite mística pueda
estar en paz con Dios. Huxely piensa que todas las religiones son más o menos
iguales y sólo cree en el ascenso individual
hacia Dios mediante un duro entrenamiento, ¿pero qué hay del descenso de
Dios hasta los hombres? Las religiones
son muy distintas unas de otras, y algunas de ellas sí que defienden que Dios,
cuando Él lo decide, puede intervenir y
dar su Gracia a quien Él quiera, así sin más, sin hacer yoga ni prácticas ascéticas.
Para los cristianos cada santo es distinto de otro, mientras que para Huxley
todos los santos de todas las religiones son iguales. Para los cristianos se
puede ser santo intentando hacer la voluntad de Dios en cada instante de la
vida cotidiana, mientras que para Huxely sólo son santos verdaderos los
místicos que viven abstraídos del mundo. En cierto modo, Huxely propugna el “gnosticismo”, pero él no menciona este término, por lo que parece dar a
entender que su pensamiento es original. Aunque sea un gran escritor, Huxley se
metió en un terreno donde los profesionales de la teología le podrían dar
fácilmente una lección.
Dios hizo muy bien todas las cosas: se puede ser un
gran intelectual acomodado como Huxley y sin embargo estar equivocado respecto
al sentido de la espiritualidad, y se puede ser un analfabeto y pobre y vivir
en la Gracia de Dios
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