Dos son los
acontecimientos más importantes para la fe cristiana: (1) el nacimiento y (2)
la muerte y resurrección de Jesucristo. Tratándose del núcleo y esencia del
cristianismo, no es de extrañar que las celebraciones de ambos acontecimientos
provoquen rechazo entre los no creyentes.
Aunque en Navidad se celebre el nacimiento del
Salvador del mundo, los no creyentes no están dispuestos a perderse este
periodo festivo. Veamos algunos ejemplos de estas formas alternativas de vivir
la Navidad:
1. La
alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, celebra el solsticio de invierno.
2. Algunos
científicos ateos celebran el “Newtonmas”, en vez del “christmas”, pues Isaac
Newton nació el 25 de diciembre.
3. En
2009 se publicó el libro titulado “guía atea de la navidad”, escrito por 42
celebridades ateas, como el biólogo Richard Dawkins.
4. Pablo
Iglesias canta “villancicos marxistas”.
5. La
alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, envía tarjetas navideñas, pero sin
símbolos navideños, donde por ejemplo aparece la poeta Gloria Fuertes.
6. En
el 2018, en una carroza LGTBI, en la cabalgata de reyes del madrileño barrio de
Vallecas, había “reinas magas” y una “drag-queen”.
Me parece muy
bien que cada cual sea libre de celebrar, o no, la Navidad según sus creencias
y convicciones. Lo que no me parece tan bien es que desde los ayuntamientos se
fomenten las “navidades ateas”. Basándose en su política laicista y en la
consabida justificación de “no ofender a nadie”, progresivamente los
ayuntamientos de muchos municipios españoles han retirado los símbolos
cristianos de la decoración navideña. Las calles se iluminan con luces de
colores que forman figuras geométricas, los belenes sin figuras de personas…
todo sea para no ofender a nadie.
Símbolos “neutros”, los llaman. Pero, ¿y los cristianos?, ¿no se ofende así a
los cristianos con tanto intento de banalización de sus creencias? ¿Qué daño
hace a nadie la visualización de la navidad cristiana? ¿Qué tiene de malo usar
símbolos cristianos? ¿Va a perjudicar a los niños ver un portal de Belén?
¿Tenemos que escondernos porque hay algo malo en nuestra fe, pero los impuestos
que pagamos sí son buenos?
Pensando en
evitar las posibles ofensas. ¿Van a quitar de las calles la publicidad de
embutidos ibéricos para no molestar a los vegetarianos? ¿Por qué he visto
durante años en un cartel publicitario enorme el anuncio de la sala erótica
llamada pk2 (pecados), permitido por el ayuntamiento? ¿Por qué se ponen
carteles anunciado el festival de cine lésbico en mi ciudad? ¿Por qué hubo
publicidad por muchas calles de un espectáculo erótico llamado “the hole” y que
se celebró en la plaza de toros?
En vez de
limitarse a seguir a la mayoría de la población, que es cristiana, ¿por qué
hacen ingeniería social y fomentan el ateísmo?, ¿se creen que somos idiotas y
que no vemos lo que están haciendo? Si la mayoría de los que pagamos impuestos
somos cristianos, ¿no tenemos derecho a que los ayuntamientos usen símbolos
cristianos en la decoración navideña pagada por nosotros?
Según la Constitución española, este Estado es
aconfesional, que no es lo mismo que laico. Aunque el laicismo hipotéticamente pretende
apartar toda forma de expresión religiosa del Estado, esto se traduce realmente
en un fomento del ateísmo práctico. Es decir, si se pretende por algunos
poderes que públicamente se actúe como si Dios no existiera, en la práctica
esto implica que nos comportemos como si fuéramos ateos, que es lo que
realmente pretenden en último término. Es decir, con la escusa de “respetar a los no creyentes”, lo que de verdad se
pretende conseguir es que nos hagamos ateos, sustituyendo la fe en Dios por
la fe en el ateísmo, y todo lo que se diga de más en este sentido se hace para
ocultar este hecho. La persecución de la Navidad tiene una larga tradición
entre los comunistas, por ejemplo en la Rusia soviética; y en ese caso, como
están haciendo ahora en España ahora, fueron poco a poco incrementando su presión
anticristiana y perfeccionándola. Los comunistas rusos del siglo XX cambiaban
la estrella navideña de ocho puntas por la soviética de cinco puntas. Los
comunistas de Córdoba nos ponen luces zigzagueantes en el siglo XXI, y evitan
los símbolos cristianos.
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